Julia Sanz: "Los medios de comunicación están apostando fuerte por el fútbol femenino y eso se nota"
- Dani Aragón
- 23 dic 2018
- 5 Min. de lectura

La atacante es una de las jugadoras más destacadas de la Sociedad Deportiva Huesca femenino, un proyecto que cumple un año y medio con un ambicioso objetivo: el ascenso a 2ª división.
El equipo marcha líder al finalizar la primera vuelta, con pleno de victorias y solo 5 goles encajados. ¿Se le puede poner algún “pero” a lo que lleváis de temporada?
Hasta el momento, “peros” muy pocos. Las cosas están saliendo bastante bien, se están cumpliendo todos los objetivos. Solo podemos pedir que las cosas sigan saliendo como hasta ahora.
El Olivar y la Unión Deportiva Aragonesa A marchan 2º y 3º respectivamente. Además, son los resultados más ajustados que habéis obtenido. ¿Son vuestras principales rivales por el ascenso?
Ambos equipos son nuestros principales rivales para quedar entre los tres primeros puestos del grupo, porque el playoff de ascenso lo juegan los tres primeros de nuestro grupo contra los tres primeros del otro. Junto con Casablanca y Zaragoza, que son los que están en el otro grupo, serían nuestros principales rivales para poder alcanzar ese objetivo. Da igual quedar primeras que terceras, pero preferimos quedar primeras por lo que supone.
A nivel personal, estás haciendo varios goles. ¿Cómo te estás encontrando?
Al principio me costó porque lo que se te pide es diferente. Son años que tienen objetivos diferentes y te van a exigir cosas que el año pasado no te exigían. Yo me sentía diferente, pero poco a poco me voy encontrando mejor.
¿Cómo es la dinámica durante la semana?
Entrenamos tres días: el martes es físico, aquí en Zaragoza, y los miércoles y los viernes allí. Entrenamos de 21:00 a 22:30, llego a casa a las 00:00… pero bueno, es lo que nos gusta (risas).
¿Te costó adaptarte a ese ritmo?
Si lo tuviese aquí sería mucho más fácil sin duda, pero como lo hacemos porque es lo que queremos… Aunque te cuesta porque son horas de viaje “vacías” que te pasas en el bus o en el coche.
El proyecto de la Sociedad Deportiva Huesca femenino comenzó el año pasado. ¿Cómo valoras tu primera temporada?
A nivel de equipo fue muy positiva, tanto dentro como fuera. El año pasado creamos un grupo increíble, de amistades, buen rollo… lo que es un equipo. Fue muy idealizado, porque el año pasado no esperábamos nada y se creó una situación de diez, increíble. Este año esperamos tener lo mismo.
Y esta temporada, ¿cuáles son tus objetivos personales?
Aportar lo mejor. Al fin y al cabo, lo que quieres es aprovechar todas tus oportunidades y dar todo de ti en los minutos que tengas.
¿Cuándo te diste cuenta de que lo tuyo era la pelota?
Me lo pegó mi hermana Ana, ella era la que siempre cogía la pelota, yo iba con las muñecas (risas). Empecé con ella a jugar con los chicos de mi urbanización, después en el colegio y luego empezamos en el equipo masculino del Colo-Colo, estuvimos un año y al siguiente ya nos fichó el InterSala. Allí estuve ocho años.
¿Qué recuerdos guardas?
Muy buenos. Has estado ocho años y ha pasado mucha gente por tu vida, y normalmente es gente muy afín a ti. Campeonatos de España, de Aragón, copas… son muchos recuerdos. Hemos quedado subcampeonas de España, campeonas y después subcampeonas otra vez…
También jugaste en la selección aragonesa de fútbol sala, ¿qué destacarías de esa experiencia?
Fui a dos campeonatos de España: cuando tenía 18 y 19 años fui al sub21, porque cuando cumplí los 20, que era mi último año, ya me fui. La experiencia deportivamente muy buena. El nivel es muy grande, aunque parezca que no: siempre se dice que el fútbol femenino no tiene nivel, pero te plantas de una categoría juvenil a jugar un campeonato de España sub-20… y el nivel es muy grande. Te cuesta. Y a nivel de convivencia genial también: juegas con gente de otros equipos, pero lucháis por lo mismo. Entonces creas una piña, y se nota también cuando te la encuentras como rival. Tienes un vínculo diferente y eso mola.
Hace año y medio te pasaste al fútbol once. ¿Hubo algún motivo para este cambio?
Yo ya llevaba un tiempo viendo que daba de mí, pero no recibía lo que creía que merecía. Me daban confianza, no te digo que no, pero pienso que no se me valoraba lo suficiente. Entonces me pregunté: ¿sigo aquí queriendo tener algo que igual no llega nunca o me voy a otro lado? Y me costó dar el paso porque estás en tu zona de confort, con un grupo de gente increíble, porque no tengo ningún tipo de pega contra nadie que esté ahí, pero yo quiero avanzar futbolísticamente, no me quiero estancar. Llevaba tiempo planteándole a una compañera el irnos a fútbol once. Nos metimos a Twitter y vimos que la S.D. Huesca sacaba el proyecto femenino, y me dijo: “he mandado una solicitud con tu nombre, tu correo y todo” (risas). Nos contestaron, fuimos a hacer las pruebas y nos cogieron a las dos.
¿Qué diferencias observas entre ambos deportes?
El fútbol sala es mucho más explosivo, y en fútbol once también hay momentos en los que tienes que pegarte la carrera y es más larga, pero tienes más momentos de descanso. En fútbol sala tienes que ocupar todas las posiciones mientras que en el fútbol once tienes una zona que cubrir. Y no sabría decirte cuál de los dos desgasta más mentalmente. Todavía estoy en proceso de hacerme, tengo mucho por aprender y quiero hacerlo, que es lo más importante.
¿Tener una hermana de la misma edad que tú y que también juega al fútbol te ha ayudado a mejorar?
Sí, porque además es un apoyo que he tenido desde pequeña y que otras a lo mejor no lo tienen. Una hermana te dice las cosas como son. Alguna vez nos podíamos enfadar, pero siempre te ayuda a progresar, vas a tener ese apoyo y vas a tener su mano y normalmente sabe cómo decirte las cosas, aunque a veces se le vaya un poco la boca, igual que a mí y que a todos (risas).
A largo plazo, ¿te gustaría seguir en el fútbol? ¿Lo ves factible?
Sí, el proyecto del Huesca va muy en serio. El fútbol femenino no está todo lo asentado que debería, pero eso también es problema de la Federación: no quiero menospreciar a ningún equipo, pero se ve en la clasificación tanto de nuestro grupo como del otro que hay mucha diferencia. No es normal que un equipo le meta once goles al otro, no es normal un 23-0, el equipo que pierde se hunde y los equipos que van primeros tampoco pueden mejorar, tienen dos o tres rivales y ya está. Es la realidad, aunque también hay equipos que nos están sorprendiendo.
Desde dentro, ¿observas que el fútbol femenino está dando pasos adelante para acercarse al masculino?
Sí, sigue habiendo comentarios y actitudes que no favorecen el progreso, pero se están dando pasos, aunque sean lentos, para alcanzar una igualdad. Es lo que queremos.
¿En qué lo ves?
Los medios de comunicación también están poniendo mucho de su parte. Hace dos años no se veían partidos de la Liga Iberdrola. Ni siquiera se llamaba Liga Iberdrola, no tenía patrocinios ni nada. Ahora hay empresas, medios de comunicación que están apostando fuerte y eso se nota, porque la visibilización es clave para la profesionalización. Hace dos semanas se jugó el Levante - Valencia femenino en el Ciudad de Valencia y fueron 20.000 personas, se ha jugado en el Wanda Metropolitano… Los equipos que tienen parte femenina están ayudando y eso es importante también.
¿Qué le dirías a una niña que está empezando a jugar a fútbol y piensa que es muy difícil llegar lejos?
Que luche y sobre todo que confíe, que tenga ilusión por lo que hace. Si le gusta, que vaya a por ello con todo. Tampoco te tienes que conformar: si te conformas, te acomodas. Ahora el fútbol femenino está creciendo: intenta crecer tú al mismo ritmo para conseguir lo que quieres.
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