El Ebro remonta en El Carmen y se lleva el derbi aragonés por la mínima (2-1)
- Dani Aragón
- 19 dic 2018
- 3 Min. de lectura
Los turolenses se adelantaron con un gol de Jamelli en el minuto 21, pero los arlequinados le dieron la vuelta al choque en la segunda mitad

La jornada 17 del grupo III de Segunda División B deparaba un derbi aragonés, en la que el C.D. Ebro y el C.D. Teruel midieron sus fuerzas en La Almozara. Solo dos puntos separaban a ambos conjuntos en la tabla antes de comenzar el partido, aunque las rachas eran totalmente opuestas: el Ebro acumulaba 11 puntos de los últimos 15 posibles, mientras que los turolenses solo habían podido sumar un punto en los últimos cinco encuentros. Ninguna de las dos dinámicas, para bien o para mal, se rompió en El Carmen.
Comenzó el choque sin un dominador claro y con una posesión muy repartida, pero poco a poco los arlequinados se fueron atreviendo con la pelota, asomándose tímidamente a la portería de Juanma. Así, pasado el primer cuarto de hora, el Ebro disfrutó de tres acercamientos que solo el desacierto, bien de cara a puerta o en la elección de los últimos pases, evitó que se inaugurara el marcador. De sobras es sabido que, sobre todo en el fútbol, quien perdona la paga. La máxima se cumplió en el minuto 21, al rematar Jamelli en el interior del área un envío desde la izquierda. Se adelantaba el Teruel en su primera aproximación a la meta de Salva, un tanto que pareció animar a los visitantes, adueñándose por momentos del centro del campo.
De poder a poder
Sin embargo, el gol en contra no hizo decaer a los de Manolo González, que en todo momento trataron de llevar el peso del partido. En el minuto 33, Gerrit estrellaba en el larguero un disparo de falta, y en los minutos sucesivos el conjunto local gozó de un par de oportunidades más para igualar la contienda. En los minutos finales de la primera parte se dibujaba un escenario de auténtica lucha, donde cada duelo por alto era una batalla, aunque los lances a ras de suelo tampoco eran precisamente suaves. Solo el pitido del árbitro señalando el camino hacia los vestuarios puso la calma sobre el césped.

Tras el descanso, el guion apenas varió. Un pase filtrado de Iñaki para Dieste, que no acierta a rematar ante la salida de Salva, fue el prólogo de unos minutos de dominio arlequinado, que apretaba en busca del empate. Raúl, en su papel de ‘9’ local, llevó el peligro a la meta turolense en dos ocasiones: la primera al no acertar un envío de Víctor desde la izquierda y la segunda, al enganchar una volea que se perdió por poco por encima del travesaño. Las oleadas del Ebro se intensificaban a medida que lo hacía el partido, donde las faltas por parte de ambos equipos se alternaban con las llegadas del conjunto de La Almozara, en unos diez minutos (los que van del 65 al 75) en los que Juanma comenzó a destaparse como el héroe del partido desde su posición bajo los palos, desbaratando una ocasión tras otra.
Premio a la insistencia
Tuvo que ser la fortuna la que se aliase con la escuadra local para conseguir perforar la red. En el minuto 76, un disparo lejano de Víctor tocaba en un defensa rival y se envenenaba de tal forma que acababa en el fondo de la portería. Estallaba la alegría en El Carmen al encontrar, por fin, el camino al gol. Sin embargo, el reparto de puntos no dejaba satisfecho a nadie y el Ebro, espoleado por el tanto y por su afición, se lanzó a por la victoria con más ahínco que su rival. Y la encontró siete minutos más tarde, de nuevo, con algo de suerte: en el minuto 83, una internada de Sergio por la derecha finalizaba con un potente disparo ante el que Crespo, defensa turolense que había entrado veinte minutos antes desde el banquillo, no puede reaccionar a tiempo y termina desviándolo hacia su propia portería.

El 2-1 era un preciado botín que la escuadra arlequinada se afanó en salvaguardar, en unos instantes finales donde las faltas cometidas por parte de los dos equipos frenaron el ritmo del partido e hicieron que éste caminara irremediablemente hacia un final que fue acogido con gritos de celebración por parte de la plantilla del Ebro, conscientes del esfuerzo que había costado hacer que los tres puntos se quedasen en casa. Por su parte, los jugadores turolenses se retiraron cabizbajos del terreno de juego, ya que, a pesar de la actitud y la intensidad puestas sobre el verde, deberán hacer algo más para escapar de la mala dinámica que lleva el equipo en las últimas jornadas
En definitiva, un derbi aragonés que tuvo de todo: jugadas de peligro, goles, faltas, amonestaciones y minutos de buen juego por parte de ambos equipos, que se vaciaron para conseguir un resultado positivo. Pero, al final, solo puede ganar uno.
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